A nivel global, más de 3.000 personas han muerto por el coronavirus y hay más de 88.000 afectados, la abrumadora mayoría en China. Afecta ya a más de 60 países.
Corea del Sur es el segundo país en número de casos, con 4.200, e Irán en número de fallecidos, 56.
En Francia, donde hay más de 130 casos, se han prohibido los eventos que reúnan a más de 5.000 personas. E incluso se ha cerrado el Museo del Louvre, con casi 10 millones de visitantes anuales, debido al miedo de sus trabajadores a ser contagiados.
En el Reino Unido, ya se han registrado 36 casos. Su primer ministro, Boris Johnson, prometió ayer vencer al coronavirus: “Es una enfermedad novedosa, pero es algo con lo que este país puede lidiar. Tenemos instalaciones de prueba de última generación, un fantástico sistema sanitario. Tendremos que superar esto, pero, créanme, vamos a vencerlo”, afirmó Johnson tras visitar un centro de investigación.
El coronavirus ha sido detectado en tres países de América Latina, y Estados Unidos ha registrado su segundo fallecido el mismo día en que se ha constatado la presencia del COVID-19 en Nueva York.
El turismo es la víctima evidente del brote de coronavirus que azota el norte de Italia, donde el pasado fin de semana ha subido un 50% el número de afectados para situarse en 1700. Hay 34 fallecidos. En Venecia, las góndolas están amarradas y los canales vacíos… y apenas nadie transita por la plaza de San Marcos, que hace apenas unas semanas estaba atestada de turistas.
El Gobierno italiano, que puso en cuarentena a 11 ciudades, afirma que se esperaba este incremento en el número de casos, pues las medidas de contención tardan dos semanas en surtir efecto. Sin embargo, cada vez se dan más casos en el centro y sur del país. El domingo se cerró una iglesia en Roma tras dar positivo en los tests el sacerdote que daba misa en ella.
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