“Ha caído nuestro orgullo occidental de ser omnipotentes protagonistas del mundo moderno, señores de la ciencia y del progreso. En plena cuarentena doméstica y sin poder salir a la calle, comenzamos a valorar la realidad de la vida familiar”, leyó el reverendo en la Catedral Primada de América.
El religioso manifestó que "nos sentimos más interdependientes", sin embargo, "todos dependemos de todos", y que "todos somos vulnerables, nos necesitamos unos de otros, aunque estemos interconectados globalmente para el bien y el mal”
La pandemia que sufrimos ha destapado con crudeza el viejo sistema de desigualdad que rige nuestro mundo. Un sistema que ha terminado fallando. Aunque esta misma situación nos da la oportunidad de reorganizarnos de cara al futuro y ver qué priorizar, dónde tenemos que enfocar la atención, cómo arreglar nuestras vulnerabilidades”, se manifestó durante la lectura de la primera palabra.
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