Unos 4,5 millones de personas que estaban confinadas volvieron hoy a sus trabajos, con la reanudación de la actividad en industrias, construcción y comercio mayorista, sumándose a los empleados de negocios esenciales, como farmacias y alimentación, que nunca cerraron.
Y paralelamente, los ciudadanos gozan a partir de hoy de más libertad de movimientos, con un leve alivio de las restricciones que les permite, entre otras cosas, salir a pasear, hacer deporte más lejos de casa o visitar a familiares, pero no a amigos.
Todo ello con cuidado, distancias entre personas y mascarillas obligatorias en los lugares cerrados, el transporte o cuando haya gente cerca.
A pesar de que la curva de contagios está en franco descenso -cuando ya se han alcanzado más de 210.000 casos- y ayer domingo se registraron solo 174 muertos diarios, la cifra más baja desde el principio del confinamiento, se multiplican los llamamientos de las autoridades a la prudencia y la responsabilidad.
El primer ministro, Giuseppe Conte, ha apelado a la responsabilidad en esta nueva etapa de "convivencia con el virus" y ha recordado que se ha podido llegar a esta "fase dos" "gracias al poderoso esfuerzo colectivo" y con "enormes sacrificios".
"Quiero subrayar que, igual que hemos abierto, podemos volver a cerrar. Los cierres serán automáticos si las cosas van mal", afirmó por su parte Walter Ricciardi, asesor del ministro de Sanidad y miembro del consejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una entrevista al diario La Repubblica. .
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