La vacuna, llamada Ad5-nCoV, fue desarrollada en colaboración con un equipo científico dirigido por la reputada experta militar china en enfermedades infecciosas Chen Wei.
Según CanSino, la solicitud de patente fue presentada ante la SIPO el 18 de marzo —poco después de que se lanzaran los ensayos clínicos de la fase 1— y recibió su aprobación el pasado martes 11 de agosto. Los resultados de la fase 2, publicados a finales de julio, demostraron que la vacuna es segura y capaz de inducir respuestas inmunes en la mayoría de los pacientes.
La efectividad del medicamento se confirmará durante la fase 3 de las pruebas, que se llevará a cabo en Arabia Saudita con la participación de 5.000 voluntarios, según anunció a principios del mes el Ministerio de Salud del reino árabe. CanSino asimismo mantiene conversaciones para poder realizarla en otros países, entre los cuales figuran Rusia, Brasil y Chile.
La vacuna china se vale de un virus del resfriado común modificado para transportar material genético del coronavirus SARS-CoV-2 al cuerpo humano, un método utilizado también por la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, que presentó los datos de sus primeras pruebas en humanos el mismo día y con conclusiones parecidas.
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