El dato, que se puede visualizar en las estadísticas del Banco Central, tiene su explicación y no es que los más pobres coman más, sino que tienen que destinar mayor cantidad del dinero que se ganan (que regularmente es muy poco) al costo de la alimentación de la familia.
El modelo de consumo en los hogares tiene sus diferencias según el nivel de vida, clase social o quintil al que pertenecen las familias. Mientras el gasto en comunicaciones, alojamiento y servicios (agua, electricidad, gas y otros combustibles) es más alto en los hogares de mayores ingresos, en salud los pobres gastan más, según los últimos datos disponibles de la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos de los Hogares, 2017-2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario