Según las autoridades, la red se dedicaba al ciberdelito, a la extorsión sexual y económica, así como al robo de identidad de ciudadanos de Estados Unidos.
Se reveló que los supuestos criminales operaban desde más de 10 centros de llamadas (call centers) ubicados en varios puntos del país que incluían a Santiago, Santo Domingo, La Vega y Puerto Plata.
De igual forma, parte de la red también funcionaba en la ciudad de Nueva York en Estados Unidos.
"Los integrantes de la red se constituyeron en una asociación de malhechores que usurpaba funciones, y que incurrió en lavado de activos y en el porte y tenencia ilegal de armas de fuego", detalló el Ministerio Público.
¿Cómo operaban?
Según las investigaciones, los integrantes de la red realizaban llamadas telefónicas desde los call centers. Su centro de operaciones estaba en Santiago.
El Ministerio Público indicó que los miembros de la red usurpaban funciones oficiales de Estados Unidos, incluyendo la de agentes del FBI para obtener dinero de sus víctimas.
A través de las llamadas, los integrantes de la red intimidaban a sus víctimas y enviaban medicamentos utilizando delivery.
Una fuente explicó a ACENTO que la remisión de medicina funcionaba de la siguiente manera: la red se contactaba con personas consumidoras de medicamentos que solo pueden ser adquiridos bajo prescripción de un especialista, debido a su peligrosidad y altos riesgos de adicción. Una vez adquirido el fármaco, utilizado fundamentalmente con fines recreativos por los consumidores, este era enviado a su domicilio.
Posteriormente, un miembro de la misma red contactaba al comprador usurpando la identidad de agentes norteamericanos (FBI) para extorsionar al comprador exigiendo un pago a una cuenta o dirección de la red, a cambio de evitar ser procesado y enviado a prisión.
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