El domingo se registraron casi 3.400 casos, lo que obligó a millones de personas a paralizar actividades y a cerrar escuelas en Shanghái. Son casi 19 provincias las que luchan contra agrupaciones de las variantes ómicron y Delta.
La ciudad de Jilin ha sido parcialmente cerrada, con cientos de barrios precintados, según anunció un funcionario el domingo, mientras que Yanji, una zona urbana de casi 700.000 habitantes fronteriza con Corea del Norte, fue totalmente cerrada.
China, donde el virus se detectó por primera vez a finales de 2019, ha mantenido una estricta política de cero cóvida aplicada mediante cierres rápidos, restricciones de viaje y pruebas masivas cuando han surgido grupos.
Pero el último brote, impulsado por la variante ómicron altamente transmisible y un pico de casos asintomáticos, está desafiando ese enfoque.
Vuelven los cierres y bloqueos
Aunque las cifras de infección en China son relativamente bajas, las autoridades están aplicando una estrategia de «tolerancia cero» para encontrar y poner en cuarentena a todas las personas infectadas.
La vecina ciudad de Changchun, una base industrial de nueve millones de habitantes, fue bloqueada el viernes.
Las ciudades más pequeñas de Siping y Dunhua, ambas en la provincia de Jilin, fueron cerradas el jueves y el viernes, según los anuncios oficiales.
A medida que los casos han ido aumentando desde finales de febrero, la respuesta en diferentes partes del país ha sido en general más suave y selectiva en comparación con diciembre, cuando la ciudad de Xi’an y sus 13 millones de habitantes fueron bloqueados durante dos semanas.
En la mayor ciudad de China, Shangai, las autoridades han procedido a cerrar temporalmente escuelas, negocios, restaurantes y centros comerciales por temor al contacto directo, en lugar de establecer cuarentenas masivas.
Sin embargo, el gobierno ha dejado claro que los cierres masivos siguen siendo una opción.
Esfuerzos que podrían no ser suficiente
A medida que aumentan los casos, la comisión nacional de salud del país anunció el viernes que introduciría el uso de pruebas rápidas de antígenos.
Los kits estarán disponibles en línea o en las farmacias para que las clínicas y los ciudadanos de a pie puedan comprarlos para el «autodiagnóstico», dijo la comisión de salud.
Aunque las pruebas de ácido nucleico seguirán siendo el principal método de análisis, la medida sugiere que China podría estar anticipando que los esfuerzos oficiales no podrán contener el virus.
La semana pasada, un importante científico chino dijo que el país debería aspirar a coexistir con el virus, al igual que otras naciones, donde ómicron se ha extendido como un reguero de pólvora.
El viceprimer ministro chino, Sun Chunlan, que con frecuencia telegrafía las ideas de alto nivel sobre la respuesta a la pandemia, instó el sábado a las regiones a atacar y eliminar rápidamente los brotes
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