Con el “Big Papi” ya son cuatro los representantes de República Dominicana que han sido exaltados en el templo de este deporte en Cooperstown. Esto convierte al país en la segunda nación de Latinoamérica, ahora junto a Puerto Rico, con la mayor cantidad de inmortales.
La “Isla del Encanto” cuenta con el primer latino en Cooperstown: Roberto Clemente. Ingresado de manera especial en 1973, tras su trágica muerte un año antes.
A Clemente se le unió Orlando Cepeda justo ante del nuevo milenio, seguido por Roberto Alomar doce años después y recientemente Iván Rodríguez, uno de los mejores receptores en la historia del béisbol.
El tercer lugar lo ocupa Panamá que, a pesar de no ser conocida como una “fábrica de peloteros”, ha producido dos de los jugadores más dominantes en sus respectivas posiciones: Rod Carew (seleccionado en 1991) y Mariano Rivera (2019).
Finalmente está Venezuela, que solo cuenta con Luis Aparicio (1984), pero que tendrá otro miembro del Salón de la Fama cuando Miguel Cabrera decida retirarse.
¿Quién tiene más?
La respuesta es Cuba, que previo a la votación de este año también estaba empatada con Puerto Rico, ya que podía presumir de Martín Dihigo (1997), Tony Pérez (2000), José Méndez (2006) y Cristóbal Torriente (2006).
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