El contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera, afirmó también que los ocupantes han fallecido.
Los restos del aparato fueron encontrados por un vehículo dirigido por control remoto (ROV) operado por el buque canadiense Horizon Arctic y posteriormente expertos determinaron que “son consistentes con una implosión catastrófica”, es decir, una rotura y hundimiento provocados por la mayor presión del exterior.
La búsqueda de los restos continuará
Pese a que ya no hay esperanzas de encontrarlos con vida, las labores de recuperación de restos del aparato van a continuar. Los cuerpos de las cinco personas no se han encontrado, confirmó Mauger.
Todo ello para intentar descubrir qué sucedió, desde que el domingo el sumergible perdió el contacto con el exterior, cuándo se produjo la implosión y también cuáles fueron las causas del accidente.
“Ahora mismo es demasiado pronto para decirlo”, explicó el contralmirante, quien sí precisó que las boyas de sonar que se colocaron en el mar detectaron varios sonidos pero no percibieron “ningún evento catastrófico”.
En el sumergible viajaban el empresario paquistaní Shahzada Dawood con su hijo Suleman, estudiante de 19 años; el explorador británico Hamish Harding; el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y el consejero delegado de la firma OceanGate, Stockton Rush.
“Tras esta determinación, notificamos de inmediato a las familias en nombre de la Guardia Costera de los Estados Unidos y todo el comando unificado. Ofrezco mis más profundas condolencias a las familias”, apuntó Mauger.
Según precisó el experto submarino Paul Hanken, se encontraron “cinco piezas principales” que reconocieron como “restos del Titán”. Lo primero que se encontró fue “el cono de la nariz, que estaba fuera de la sala de presión”.
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