Por esto, resulta cada vez más importante encontrar maneras para hacer que el dinero rinda, a la vez que creas hábitos más saludables con cada peso que entra y sale de tu bolsillo.
¿Por dónde comenzar? Estas son cinco formas sencillas de ahorrar dinero todos los días.
Planifica las compras del supermercado
Sí, el dominicano vive de "buscarse el moro", pero tampoco puede dejar que la "sal le salga más cara que el chivo". ¿Por qué?
Para que te hagas una idea, la canasta básica familiar del primer quintil —los que reciben bajos ingresos— costó 26,069 pesos en junio. Esto es 1,919 pesos más caro que el salario mínimo de quien trabaja en una gran empresa —fijado en 24,150 pesos—.
La comida es, probablemente, el mayor gasto fijo que hay que encarar tras pagar la renta. Afortunadamente, este monto no es fijo y se puede controlar a nuestro favor. Para ello, cíñete a una lista donde enumeres lo que realmente necesitas; compara cuáles establecimientos te ofrecen mejores ofertas en los artículos que te interesan.
Aprovechar las ofertas y promociones de los supermercados, revisar los descuentos que te puede ofrecer tu tarjeta de crédito o comparar los precios, calidad y cantidad de los productos que más consumes son algunas de las principales estrategias para no gastar de más en artículos perecederos o innecesarios.
Reduce los gastos hormiga
Hay gastos que se realizan por necesidad, otros que se realizan por gusto y algunos a los que ni siquiera se les da importancia. En esta última categoría entran aquellos pagos que son tan mínimos, que no se toman en cuenta a la hora de "tirar lápiz".
A estos se les conoce como gastos hormiga, y van desde el chicle que se saca del estante cerca de la caja del supermercado —puestos ahí justamente para que hagas una última transacción antes de dejar la tienda—, las propinas que se salen del presupuesto y los vasos de café fuera de casa.
Para evitarlos hay que saber, primero, en qué se van. Para ello puedes auxiliarte de una libreta para gastos o de aplicaciones financieras que te permiten llevar un registro del más pequeño consumo —y que, a la vez, suelen tener otras herramientas útiles para elaborar un presupuesto—.
Puede resultar tedioso para quien no esté acostumbrado, pero a la larga tendrás mayor consciencia y lo pensarás dos veces antes de sacar el menudo o la tarjeta de la cartera.
Cancela suscripciones innecesarias
¿Te inscribiste en un gimnasio como meta del año y sigues sin comenzar? ¿Colocaste tu tarjeta de crédito en una página web para aprovechar una herramienta gratuita por 30 días y olvidaste cancelarla? ¿Tu banco te está cobrando un seguro que figuraba al momento de contratar algún servicio financiero, pero que es totalmente prescindible?
Todas estas son suscripciones que no necesitas y que especialistas en finanzas personales y entidades financieras nombran gastos vampiro. A diferencia de los hormiga, estos son mucho más significativos y están ahí porque en algún momento pensaste que se trataban de una inversión o te ofrecieron un beneficio temporal.
Para esto, lo recomendable es que los listes y evalúes si realmente te ofrecen una ventaja, si son sustituibles (porque ya tienes más de un servicio que suple la misma necesidad) o, si simplemente, los puedes cancelar.
Planifica tus desplazamientos
La comodidad de pedir un taxi desde una aplicación en el celular está a la orden del día. Sin embargo, ¿te has sentado a calcular cuántas veces las has usado para ir al mismo lugar al que le quedaba cerca una ruta de transporte público o una estación del metro?
Eso sí, tienes que tomar en cuenta el tiempo que te puede tomar llegar hasta ahí y otros parámetros importantes en términos de seguridad, para que puedas salir con el efectivo justo que necesitas y de manera anticipada.
Establece metas de ahorro
"¿Y cómo, ganando un salario mínimo?", te podrías preguntar. Sin embargo, la verdadera pregunta es si tienes una cultura de ahorro.
Si la respuesta es no, es momento de que delimites tus objetivos financieros y comiences a trazar una meta realista, es decir, cuánto puedes ahorrar dentro de tus posibilidades.
Guardar 50 pesos cada semana no te harán más rico mañana, pero al año son 2,600 pesos echados a la suerte en el ticket de la loto. Si la juegas dos veces por semana son 5,200 pesos. Y si compras el ticket de 100 pesos dos veces por semana, son 10,400 pesos al año.
Esta "inversión" que no vuelve se hace sin pensarlo porque es un juego. Puedes establecer metas de ahorro que te reten a guardar dinero.
Existen plantillas en internet con retos para guardar dinero semanal, mensual o anualmente. Si no las usas, seguramente has escuchado de un método que sigue siendo muy funcional y que, colectivamente, funciona como préstamos sin intereses —si así lo acuerda—: el san.
Estos son cinco métodos que no requieren que seas un experto en finanzas personales para aplicarlos desde ahora.
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