Su ejecución fue sumaria, sin orden de un juez y por tanto sin un juicio por tomar las armas contra un gobierno constitucional que se vendía como democrático.
Hay suficiente documentación testimonial de que el coronel Francisco Caamaño, líder militar de la Guerra de 1965 y firme combatiente de la agresión de la soldadesca de Estados Unidos que acudió a salvar el pellejo de los fascistas derrotados, fue capturado vivo y luego fusilado por órdenes del presidente Joaquín Balaguer, cuando estaba al frente de una escuadra guerrillera en la cordillera Central, hace hoy 51 años.
Su ejecución fue sumaria, sin orden de un juez y por tanto sin un juicio por tomar las armas contra un gobierno constitucional instalado por el voto popular, pero bajo el terror descomunal contra los opositores a un gobierno (el de Balaguer en 1966) impuesto por los militares estadounidenses que hicieron naufragar las armas dominicanas que clamaban la restitución de la Constitución de 1963 sin elecciones y retornar a Juan Bosch en el poder, del que fue destronado año y medio antes.
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